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Trabajar con espacios existentes, reconfigurar esos espacios, introducir nuevos elementos. Confiar en que el contenedor, el programa y el cliente puedan dar forma a la arquitectura.

La intención de estos proyectos es la de interpretar el contenedor y las necesidades, la posibilidad y el problema. Nos preocupa dar una solución más allá de la problemática particular.

La abstracción de la forma, el uso de planos transparentes y sólidos, la articulación de los espacios, la flexibilidad, son las ideas sobre las que gira la materialización del proyecto. Esta se basa en una continuidad de planos que busca la relación de los espacios. Se quiere leer como una composición sobre el espacio, la forma, la luz y los materiales.

Origami

La superficie del suelo se pliega sobre sí misma formando arrugas que, no sólo originan y contienen las rutas que circulan a través del edificio –con lo que crean las condiciones diferenciales para el programa-, sino que también proporcionan fuerza estructural. De esta manera desaparece la separación tradicional entre la envoltura y la estructura que soporta las cargas.

Se evita el uso de elementos segmentados como columnas, paredes o suelos a favor de la tendencia hacia una materialidad en que la diferenciación de las tensiones estructurales no esté determinada por elementos codificados, sino por singularidades dentro de un continuo material.

La interpretación del espacio viene determinada por la dimensión y morfología del local. Vaciemos y descubramos el espacio que esconde actualmente. Imaginemos un espacio flexible para relacionarnos y movernos. Pretendemos que la luz y la visual hagan cobrar vida al espacio libre del local.